#ElPerúQueQueremos

Mili

Y en mi mente te volveré a preguntar qué quieres ser? Y escucharé decirme “Tuya”

Lanatta

Publicado: 2015-07-04


Hola, te debería escribir supongo un correo, quizás un inbox por ese infame Facebook que nos vinculó, o en el peor de los casos un largo sms. Pero sabes a veces lo melodramático que soy y lo bien que me sienta hacer una carta casi a puño y letra. Estoy sentado en la Plaza Ramón y Cajal esta banca me sirve de muy buen descanso tengo la sombra que me guarnece de este calor inflamante de este Madrid que me acoge hoy. No es broma aquello de escribirte en este verano boreal con máximas de 40°C en una Tablet que me resulta incomodísima y que prefiero el viejo teclado de la laptop, pero venga te quiero escribir sentado acá con cara de yuppie mirando el monumento de la plaza que se llama Los Portadores de la Antorcha, un tipo a caballo recibe la antorcha de un anciano que está moribundo en el piso, se supone que significa el paso del conocimiento de generación en generación.

Pero sigo sentado acá, y aunque no lo creas, no dejo una vez por semana de fisgonear en tu página del Facebook. No comentaré lo que vi o dejé de mirar. Te echo de menos y es una forma de recordarte como te recuerdo. De allí que en vez de enviarte este largo mensaje, te envié hoy uno, sólo queriendo saber si estás bien. Claro, lo más probable es que no lo respondas nunca. Aquella vez que te dije te vinieras conmigo a Madrid, no bromeaba, tampoco lo hice cuando dije amarte, mi amante.

De cierta forma debería confesarte que he llegado a un punto en mi vida que aquel follar o tirar por lo que fuera, ya me resulta aburrido, cansino, tedioso. No voy a negar ustedes las mujeres siempre son mi mayor debilidad, y si en algún momento me volví un gordo por aquella gula por comer tanta carne en Buenos Aires, hoy siento lo mismo, ya no me tiro a la primera que quiera conmigo, de hecho sabes lo mucho que me gustan aquellos juegos tan peculiares que nos retenían, que hacían que tú buscaras más, que te excitaban, y que yo disfruté en hacértelo disfrutar. Sí, te amé en ello; sí, te amé en todo.

Aunque miro esta plaza y mírame, estoy a puticientosmil kilómetros de ti, con la segura posibilidad que no quieras saber de mí. No me quejo, es lo que hay. Hoy por hoy escribo, cuando me provoca, hasta tengo un videoblog en el que me gusta ironizar de todo y de tanto, me cago en el presidente, en el ministro o en el Rey. Pero para tener una compañera de cama temporal, prefiero una paja, aquel amor por mí mismo, conmigo mismo, onanismo del bueno, me evito rollos, enfermedades y hasta ocupar algunos kilobytes de memoria en mi móvil.

Me jode no haberte dicho que te amaba justo cuando más necesitabas que te lo dijera, siento mucho no haberlo dicho, sí lo sentía, de allí que quería sustraerte de aquel mundo tuyo, y traerte al mío. No me quejaré en nada sobre ti, este mensaje embotellado en esta mula perdida, no pretende ser un pliego de reclamos, tampoco un mensaje de súplica, sí un mensaje con cariño, porque te lo tengo.

En algún momento te iba a pedir me critiques las imágenes que suelo hacer en blanco y negro a mi paso por el planeta. Te haría mil tomas de tu tatuaje en la espalda o dos mil más del de tu pierna. Aunque siendo honestos mi tarjeta de memoria guarda una imagen tuya mirándome desde una silla negra en la que estás sentada,  preguntándome con los ojos aquel “y ahora qué?”. Recuerdo te la tomé desprevenida, que bien sabes es la mejor forma de congelar el tiempo.

Pero siempre serás Mili. Y en mi mente te volveré a preguntar qué quieres ser? Y escucharé decirme “Tuya”, y cambiaré tus jeans y camisetas tan street, por aquello que me encantaba te pusieras, y te acariciaré en mi recuerdo una y mil veces más, pero sólo para que te enteres que si te amé, y caminar por Madrid, hubiera tenido otro sabor contigo a mi lado, así te viera comer churros en enero con un frío de mierda, y no estar sentado acá, mirando al corcel de aluminio del monumento, pretendiendo que te escribo a mano, y que este mensaje irá en una botella por el mar, ya las cosas cambiaron supongo, y es una Tablet con procesador de texto, y no es una botella, sino un blog, aunque seas tú la de la foto, y no me culpes, no lo pude evitar.

Lanatta.


Escrito por

Gianfranco Lanatta

Cirujano, escritor, comunicador y crítico. Disfruto escribir, tanto como tratar a un paciente. Vivo en Madrid, y a veces por Lima.


Publicado en

hablalanatta

Si te molesta que sea sea crudo, lo siento.