#ElPerúQueQueremos

Pelear o luchar...

Soy el que pelea, por obtener lo que considera suyo, sean mis próximas vacaciones, coche nuevo o las magdalenas del desayuno.

Lanatta

Publicado: 2015-07-30


Si tienes razón querida. Soy un mal perdedor. No soy feliz perdiendo, no me hallo en un segundo lugar. De hecho, aprendí mil años atrás que mi lugar es siempre en el podio alzando la copa y en la portada del diario de la mañana siguiente. Que cómo se llamaba el que quedó segundo? A quién hostias le importa el segundo? Sólo por los puntos? Mediocridad! De esa que nos enseñan en el colegio diciéndonos que "lo importante es competir", o aquello del espíritu deportivo. Y mi polla en un plato! He pasado años, lustros, décadas sentado como buen peruano, frente a la puñetera tele, primero a transistores, luego a pantalla plana, hoy de pared a pared, viendo a aquella selección nacional "jugando como nunca y perdiendo como siempre". Que si me siento representado? Ni de coña! Dejé de interesarme en el progreso de la selección peruana. Puse "Chi Chi Chi le le le, viva Chile" hace unas semanas como mensaje del Whatsapp cuando me enteré que le ganaron a Perú. Claro algunos me tildaron de vende patria, otros de infame. Tú te acuerdas del equipo medallista de plata en Waterpolo de las últimas olimpiadas? Waterqué? Es verdad, mejor olvídalo. No pues, aquella mediocridad no fluye en mis venas. No busco ganar, vivo a por ello.

Entonces aquello de mal perdedor, no aplica para mí. No soy un triunfalista. Puedes quedar tranquila. Daré un paso atrás hoy y quizás mañana. Pero no trastabillaré hasta llegar muy a gustito a meta con tanta distancia que aquel pedo que me haya soltado se lo haya fumado todo el pelotón que venía atrás. No doy revanchas, no busco una clasificación. Soy el puto peleador. Soy el que sigue y sigue donde la mayoría ya cogió sus cosas y se mandó mudar. No es amor propio, no es bronca. Es aquello que me metí en el procesador. No escupo al cielo. No me las doy de ganador sin que haya sonado la campana, cruzado la meta, o sonado el silbato. No soy tan necio.

No me apoyaré en favores ajenos, no me verás pagando hoy aquello que gané ayer. La vida es ese búmeran. Va de ida y venida. Si debes hoy 10 te aseguro mañana pagarás más de 20. Culpa a los fenicios, a tu madre o al estado. Igual sacarás el dinero de la bolsa por aquella factura que firmaste. De allí que desde niño aprendí a nunca comprar a crédito. Si tengo la pasta lo tendré hoy, y si no? Pues no sufro, no me acomplejo, seguiré siendo yo mismo! Me sobra personalidad y llamémosle agallas (o un par de cojones), como para que la moda de algunos sea MI moda. Yo soy mi tendencia, soy el que se mea en tu poste.

No te creas tengo exceso de morro, soy de esa especie en extinción que se jacta de autenticidad. No gira mi vida en torno a los "likes" del Facebook, tampoco en mis seguidores en Twitter. Soy el que pelea, por obtener lo que considera suyo, sean mis próximas vacaciones, coche nuevo o las magdalenas del desayuno. A mí no me pega el parecer bonito o vivir de ello. No encaja conmigo el ser un quejicas, que se deprime o incluso se muestra condescendiente, soy también un renegado a ser autocomplaciente. El conformismo me parece un cáncer, hace que la gente se acomode y satisfaga con su miseria sin buscar salir jamás de ella y regodeándose llorosos que todo les sale mal, que no tienen oportunidades, que la vida se ensañó con ellos.. No me caen bien los fantoches, ni los faroleros, aquellos que se creen que jugando al miedo y a las amenazas lograrán algo en la vida. A ese tipo de gente ya ni los miro, están tan ciegos de su miseria, que cuando se les habla de ella se aterrorizan, y lanzan todos los puyazos, convencidos que así se lavarán la cara. No, no me dan pena. Es que no la siento sinceramente, sólo disfruto tremendamente viéndoles revolverse en su propio estiércol hasta ahogarse.

Cuando ofrezco amistad se la ofrezco a muy pocos, tan pocos que mis dos manos son un exceso de cuantía. No tengo tiempo, ánimos o pasta para mantener enemigos, pero sí hay que entender también que nadie me quiere como tal, es una lógica si soy así de competitivo, soy implacable como enemigo. Dejé impulsividades, egoísmos y sentimentalismos hace mucho, pienso hoy tan frío que este mismo post habrá logrado en ti lo que pretendía y harás aquello que quiero que hagas presumiendo te asumes acojonantemente astuta y superior a leguas que un tonto Lanatta. Es verdad, ríe y ufánate hoy queridita, que aquellos pícaros de balcón terminaron encerrados o enterrados en su hedor, y tu hoy no inspiras ni lástima. Nada más triste que ver que eres un fantasma de tu vida, y sinceramente pasar cerca de ti siempre obliga a taparse la nariz por tanto olorcillo a mierda.

Lanatta


Escrito por

Gianfranco Lanatta

Cirujano, escritor, comunicador y crítico. Disfruto escribir, tanto como tratar a un paciente. Vivo en Madrid, y a veces por Lima.


Publicado en

hablalanatta

Si te molesta que sea sea crudo, lo siento.