#ElPerúQueQueremos

Soy tan nerd

Soy el nerd que habla siempre con mucho sarcasmo –y claro vaya a saber Dios si alguien me sintoniza.

Lanatta

Publicado: 2015-09-11


Suele pasar que las puertas de embarque son de aquellos sitios donde uno tiene esta especie de necesidad de entrar en un momento de reflexión previo a abordar el avión –aquello de preguntarse si hemos pagado todas las cuentas antes de que el avión se caiga por ejemplo. Claro algunos cambian aquello por estar leyendo el Facebook, twiteando, wazzapeando, tomándose fotos y colgándolas en Instagram o cuando están en pareja discutiendo o arreglando a los hijos. Este último era el caso de la señora que estaba frente mío, que intentaba tranquilizar a dos niñatos de más de doce años, que jugueteaban con los móviles a los gritos, no estoy muy seguro si me daba ganas de compadecerla porque claro los niños a esa edad son imposibles, o simplemente considerarla un poco tonta por no tener el respeto de sus querubines.

Pero estaba en ese devaneo cuando una señora entrada en carnes comienza a revisar las tarjetas de embarque de la sala y cotejarlas con el documento de identidad. Cuando me tocó sinceramente no le di mucha importancia a quién era o como se veía. Hasta que al segundo de darle el documento dijo “Disculpe es usted, Gianfranco Lanatta?”. Veamos la respuesta después de leer mi nombre en la tarjeta de embarque y documento parecía ligeramente obscena, pero bueno, la miré y le dije “soy yo”. La mujer me miró, y me preguntó “Gianfranco es que acaso no me reconoces?”…la verdad que no. Intenté mirarla diez o treinta veces en menos de un segundo, no era de mis pacientes, tampoco de mis amigas de universidad, quién hostias podía ser esta tía?

“Soy Giana, del colegio!” –dijo, e inmediatamente añadió- “Pero cómo has cambiado! Ya no pareces el nerd de la secundaria”. La saludé, me disculpé por no haberla reconocido, claro está, a sus treinta y tantos de ella y treinta y pocos míos había varios kilos de distancia. El tema no quedaba allí, sino que no éramos precisamente buenos amigos, nunca fui a su casa o le llamé por teléfono estando en el colegio. Pero luego de despedirme me dejó en claro algo, yo era “el nerd”, y creo sigo siéndolo, y no me afecta.

Ser nerd, era ser el tipo medianamente estudioso, que se inclinaba más por encontrarle un sentido a lo que pretendían enseñarme que en simplemente memorizar –soy pésimo memorizando. Ser nerd implicaba que me dedicara mucho tiempo a aprender a manejar y luego programar en una impresionante 386DX con un lujosísimo monitor VGA –yo apuntaba a la NASA o al MIT. Ser nerd era no ser precisamente el galán de la fiesta, ni el guapo. Y claro para ese momento nadie podía imaginar que a un nerd como yo, una chica tan guapa me hiciera caso.

Yo he sido, soy y seré un nerd. Es verdad, mi aspecto cambió un poco, primero dejé de usar mis viejas gafas para corregir mi astigmatismo y miopía, por una rápida operación con LASIK. Segundo debo verme menos nerd pesando 25 kilos más de lo que pesaba en el colegio, y entrenando 6 veces por semana en el gimnasio. Pero sigo siendo muy nerd, sigo siendo el tipo que hace bromas en doble o triple sentido que el común denominador no entenderá. Soy el nerd que habla siempre con mucho sarcasmo –y claro vaya a saber Dios si alguien me sintoniza. Soy tan nerd que me junto con otros nerds y nos volvemos más pícaros, y sin duda, ya nos volvimos una especie de cofradía, es que los nerds nos juntamos entre nosotros. Los nerds usualmente hablamos de cosas que al común denominador no le interesa como por ejemplo el procesador del móvil, qué distro de Linux es mejor, cambio climático, fenómenos paranormales, y sin duda, las más increíbles filias sexuales.

Los nerds escuchamos música poco pop, ojo no es que estemos el día entero con Mozart y Beethoven, pero tampoco es que nos neguemos a Lacuna Coil, Rammstein o Incubus. Los nerds hemos evolucionado un poco, seguimos siendo frikies que pueden llegar a tener distintas perspectivas de la coyuntura política, económica o social a nivel local, nacional o mundial. Los nerds de mi generación habremos manejado canales de IRC hace 20 años, cuando Whatsapp no existía –y seguiría usando mi ICQ 176404** en aquel Windows 95. Los nerds podemos hablar de los grises, la masonería o el colisionador de hadrones, como quien habla de la vecina, el bombero o el cuñado.

Soy un puñetero friki, soy un nerd feliz, señora siento decepcionarla, no fui jamás el modelito al que llamarían para el comercial de tv.

Lanatta.


Escrito por

Gianfranco Lanatta

Cirujano, escritor, comunicador y crítico. Disfruto escribir, tanto como tratar a un paciente. Vivo en Madrid, y a veces por Lima.


Publicado en

hablalanatta

Si te molesta que sea sea crudo, lo siento.