Con permiso de mi editorial y con la venia de lamula.pe les entrego un avance de mi próximo libro de cuentos "Los Cuentos Malditos de Lanattta", espero que sea de su agrado, y sino pues me la suda igualito.
tartarugas


https://youtu.be/aixEzXLv_QA (Comeback kid, sonando en el Xiaomi)

Eran las 6 de la mañana, vamos debo confesar que yo soy de dormir y mucho cuando estoy en horarios de vida normal, para mí las 6am significan solamente algo, estar lejos de casa, estar trabajando como un poseso, no tener mucho tiempo para algo más que salir de la cama, entrar a la ducha, ponerme un chándal y salir pirado a tomar el metro para llegar al hospital –pero vamos esa historia ya la conté.

Pero eran las 6am y estaba en Teresópolis, Rio de Janeiro. Estaba supongo en una de esas tantas rotaciones que hice tanto por Río como por Sao Paulo. Lo gracioso es que no me despertaba la alarma del móvil, sino una llamada vía whatsapp, una llamada de a quien hoy llamaré solamente Maribeth. Me llamaba un día de fin de semana, me llamaba desde Buzios a aproximadamente 200kms desde donde yo estaba. En algún momento habíamos hablado de mi estadía en Brasil, y ella no encontró mejor lugar a escoger que irse a una de los balnearios más hermosos e intensos de todo Sudamérica. La pauta estaba dada, no lo pensé un solo instante. Estaría allá en unas horas (lo normal de acuerdo al tráfico que se puede presentar es un promedio de 4 horas).

https://youtu.be/pWB5JZRGl0U (Ace of spades en el playlist del 319i)

El motor del 319i revolucionó a más de 5 mil rpm, la cantidad de tiempo en toda la autopista iba variando conforme mi velocidad, algo de lo que no me pude quejar nunca es que los brasileros en determinadas horas del día, se olvidan de los radares, no se hacen tema, la policía militar descansa en determinados momentos, y a las 7am, la mayoría está tomando el café de amanhá –el café de la mañana que no es otra cosa que el desayuno. He pasado los límites de Cabo Frío siendo recién las 9am. Lo gracioso de ello fue la ubicación que me fue enviada al whatsapp, no era una dirección, era una playa a la que había ido en el verano pasado Tartarugas (tortugas). El camino estuvo más o menos bueno hasta llegar a Cabo Frío, de allí los rompemuelles se sucedían uno tras otro, luego la Estrada dos Buzios, era insoportable, una sola vía de ida y vuelta, con combis a la usanza limeña que cada dos o tres cuadras se detenían sin hacer señales, encender luces de parada o algo, simplemente frenaban –sí tantos años manejando en Lima y de pronto me volví “europeo” y eso me afectaba, pero no era en realidad ello lo que me incomodaba, me devoraban las ansias por llegar donde aquella Maribeth.

https://youtu.be/VTB1OHxhn_I (Paradise city cover en Bossa en el 319i)

La Estrada dos Buzios se convirtió luego de pasar un pequeño óvalo en la Av. José Bento Ribeiro Dantas, ya con limitador de velocidad, ya con policía militar y sus puñeteros radares, a moverse a 40 km/h. Luego ya fue trágico moverse a 20 km/h por la Rodovia da Tartaruga –sí, supongo que el motor del 319i tan acostumbrado a ronronear en la Dutra a 180 o 200 km/h, esta vez sólo debía ir casi en neutro. El camino llegaba a ponerse más complicado, calor el odómetro marcaba casi los 40ºC de sensación térmica, entendí por qué me decía que llegaría en 4 horas. Buscar una plaza de estacionamiento era como ir al concierto tarde y quererte meter al costado del escenario –vamos es cierto es mi costumbre, pero con el coche es un poco más complicado. Todos los sitios de estacionamiento pertenecían a tal o cual restaurante, tienda de souvenirs o posada. Un flaco con dejo minero –en todo mi tiempo en Brasil me di el trabajo de reconocer los dejos de las distintas zonas de Brasil con los que tuve contacto- me decía que pase al bar, “estacionamiento vigilado”. Ni lo dudé, me sentaba en la barra y pedía mi favorita, una Skol.

https://youtu.be/UKVAT6QDlZw (Come as you are cover en el playlist del Xiaomi)

Le mandé un mensaje a Maribeth: “dónde andas?” emoticono pensativo. “En la playa, y tú?”, me respondió con su ubicación satelital. Había que abandonar la barra, mi excitación que hizo ronronear al 319i, se quintuplicaba. No la veía hacía tanto tiempo que ya había perdido la cuenta. Nuestro status era incomprensible para el género humano.

Una tumbona, una Bud a medio tomar, un sombrero inmenso y un hilo dental era a quien me dirigía el móvil. Su cabello largo y castaño puesto de lado, su espalda completamente desnuda, y esas piernas largas, tan largas como las recordaba siempre.

“Com licença, sou Lanatta, e você quien é?” Dije con mi dejo más paulista que pude. Volteó, los ojazos cubiertos por unos lentes Ray-Ban Jackie Ohh, me miraron, me sonrió, me derritió. “Lanatta, no hablo una mierda de portugués”. Me reí. Muy decente ella, giro delicadamente tapándose los pechos y acomodando la parte superior del bañador, y me dijo “¿serías tan amable de abrocharme?” Abrochar –esa palabra me traía cosas a la mente. Y se incorporó.

https://youtu.be/kIt3OGra3Lo (Kiss me deadly en los earpods)

Nos besamos, como sólo dos viejos amantes se besan, con hambre, con sensación, con angustia y con pasión. Esos besos tan intensos, que no parece afecto, que parecen dos personas intentando tragarse el uno al otro, el comerse a besos como lo aprendí en esa vida argentina que tuve, que llevo tatuada en las entrañas. Me mordía y yo a ella, mi mano tiraba por momentos de su cabello hasta que dejé de apretar mi boca a sus labios, hasta que mi lengua se libró de la suya, y me fui a su cuello, hasta que esos suaves gemidos de toda la vida aparecieron de inmediato. Ocurre algo con los viejos amantes, nos conocemos las cartas, nos conocemos tanto, que podría decir que es un mapa instintivo el que se queda grabado entre nosotros, no es una simple forma, es “nuestra” forma, no hay libreto, no hay guión. Y es así como esos besos no importunaban a nadie, es así como ese Brasil, tan carioca allí en Buzios, se volvía nuestro perfecto cómplice. No hablábamos, no nos dejábamos de tocar, de besar, de rozar. Mi mano izquierda sujetaba su cabeza y boca, la derecha como buen torero dirigía su cintura y culo.

https://youtu.be/CvL6IqPbTMQ (one way or another, cover de fondo)

Pero la primera sorpresa de aquella chiquilla peruana me daría cuando de pronto, en mi segunda apretada de culo, ella me apretaría también el mío, pero de allí iría su mano a mi verga que completamente erecta buscaba sus momentos, afectos y efectos. La tocó delicadamente, la tocó y otro gemido más me regaló.

Me abrazó sobre esa arena caliente de Tartarugas, nos abrazábamos ¿después de cuánto? ¿después de tanto?. “Ni me digas algo del maquillaje, este calor hace que no quede nada en mi piel”, me advirtió. ¿Quién carajo podía fijarse en el maquillaje, cuando la tenía allí conmigo?

Le dije para ir al bar del mineirinho, chocamos las botellas de birra y bebimos, bebimos un rato callados abrazados mirando el mar, callados como para que ese momento se quedara inmortalizado en esa arena, y en nuestras mentes. Era la perfección anhelada, era la fotografía que no debería jamás ser borrada de nuestra historia.

https://youtu.be/09gJX0Cc6p0 (The girl from Ipanema -a pesar de estar en Buzios)

Las birras se acabaron, y muy delicada ella, se ató el pareo a la cintura, se acomodó el sombrero, y caminamos hacia el bar. El mineirinho me hizo un gesto al llegar al bar dándome esa sonrisa cómplice y me dijo “o gato está caçando” (el gato está cazando), y le respondí “não, meu filho, eu cacei ela, há muito tempo” (no, hijo mío, a ella la cacé hace mucho tiempo). Ella me dijo que sólo había entendido lo del gato, y no sabía si se refería a que si yo tenía un gato. Me reí, el mineirinho nos dio el par de latas, pagué y caminamos a mi auto.

En este punto debo de aclarar que por muy bueno que sea el aire acondicionado de un auto, a 40ºC con una sensación térmica de supongo 50ºC por mucha birra helada, el aire acondicionado del 319i simplemente refrescaba un poco…sólo un poco, y más con el calor de la excitación que me invadía. Subida en el coche, tiró su sombrero para atrás, se quitó los Jackie Ohh, me miró a los ojos, la segunda tanda de besos había comenzado. Con un añadido, esta vez su mano se deslizo dentro de mis shorts. Me acariciaba la verga, como si fuera una mascota a la que hacía cariño, no la empuñaba como si cogiera una espada, no la apretaba como el sachet de kétchup, sólo la acariciaba delicadamente de arriba abajo, pasando sus dedos mucho sobre el glande. ¡No eran 50ºC eran 2000ºC! Y yo, con el brazo izquierdo pegado a la puerta, sólo pudiendo estirarlo hasta acariciarle la cabeza, y sólo me quedaba la opción de arremeter con la diestra contra ese seno izquierdo tan generoso y duro, con ese pezón tan grande y redondo, que la lycra del bañador me ayudaba y mucho.

https://youtu.be/C6vQgRqNmdg (Girls, girls, girls en el playlist del 319i a 2000ºC)

El siguiente gemido me alertó que su excitación se había disparado. Me empujó contra el asiento y me dijo “¡Aquí no! Tengo un piso que me han prestado”. Como pocas veces, obedecí. El 319i volvía a la pista, mientras muchísimos turistas caminaban por la Rodovía relajados hacia la playa –quizás una de las más bonitas de todo Buzios-, yo avanzaba por primera vez guiado por ella. Me hizo voltear, ir por un lado, regresar por el otro, todo mientras me besaba el cuello y su mano no dejaba mi verga por nada. ¿Concentración? ¡Las pelotas! Estaba en un submundo que se materializada y desmaterializaba. Pasé por la misma tienda de ultramarinos dos veces, señal de que estábamos dando vueltas.

“¿Estás segura de que conoces el sitio, o lo pongo en el navegador?”, le pregunté. Me pasó la ubicación al móvil y pues habíamos pasado por el lugar ya una vez, tocaba retroceder. Para aquellos que conducimos varios años es verdad que podemos hacerlo incluso con la cámara de retroceso y mirando los espejos laterales, pero lo tradicional, lo de vieja escuela es tomar el volante con la izquierda, enganchar el retroceso, y girar el cuerpo para mirar por ventanilla posterior todo el panorama. Y vamos que yo soy un tipo vieja escuela, eso lo tenemos claro. Sólo que sin mediar error alguno no tomé el asiento del copiloto como respaldo para mi mano derecha, directamente mi mano fue directamente bajo su pareo de formas difusas, casi una mandala de miles de colores. Me encontré con el bañador licrado, y con una vulva dulcemente húmeda, otro gemido más y una mirada felina indicaban había que apurarse.

https://youtu.be/L397TWLwrUU (Breaking the law la última en el playlist del 319i)

Bajamos del 319i raudamente, quarto andar. Y los pisos parecían interminables la excitación in crescendo. El departamento tenía una de las mejores vistas de Tartarugas, muy decorado al estilo marino. Ése no era un piso prestado, claramente era de los que se rentan. Se lo dije de inmediato, muy coqueta ella me miró y me dijo: “Sí, si vamos a ser amantes, que sea algo grandioso”. Y me empujó contra el diván en forma de U.

https://youtu.be/LgfuHn18qL0 (Careless Whisper en el IPhone dock)

Se lanzó contra mí, nos besábamos, nos comíamos a besos, sus pechos tan generosos como siempre contra mi pecho, desabroché con cierta astucia la pieza superior del bañador, necesitaba tenerlos para mí, esos pezones generosos pardos claros los deseaba en mi boca, pero ella estaba encima de mí, estaba hecha una fiera. Su pelvis se frotaba con intensidad contra mi verga solo cubierta por el short. Tiraba de su cabello mientras le acariciaba y apretaba los pezones, no podía dejar su boca un instante era sofocante sin duda, pero era delicioso.

Le tomé del cabello se lo tiré desde atrás, el momento de besarnos lo daba por concluido de forma unilateral, quería su cuello, y ella lo disponía mirándome, retándome. Me mantuve controlando ese cabello con ligeros tirones, mientras besaba y mordía ese cuello, mientras mi otra mano apretaba su seno y pezón. Sentí claramente como estaba erecto ese pezón, como sus pechos se ponían completamente duros excitados y explotaban, tiraba más de su cabello, esos gemidos se sucedían uno a uno, mientras su pelvis dejó de frotarse para comenzar a dar círculos en los que sus caderas jugaban un rol demasiado importante como para demostrarme esas ansias y deseos.

No, no dejé esos pechos irse tan fácilmente, pero sí debo decir que yo no era un solista, mientras ella gemía, me había ya quitado los shorts, su mano que unos instantes previos sólo acariciaban mi verga como si de una mascota se tratara, cambiaron de plan a apretarlo como la barra del trapecista. En un momento determinado en ese instante mágico en que sus pezones eran mi manjar favorito, ella explotó por primera vez, pero no hablo de un orgasmo solamente, explotaba literalmente, un fluido casi transparente salía del traje de baño, estaba ella eyaculando.

https://youtu.be/g5KgKK5rx0s (Eyes without a face en el IPhone dock)

“¡Mira lo que acabas de hacer!” me dijo, y quitándose el glorioso hilo dental, descubría esa pelvis perfecta, deliciosamente depilada y suave, esa vulva deliciosa que me atraía, que se notaba perfecta, mi mano derecha urgida de tocarla sintió aún esos rastros de su eyaculación y buscando poner mi cara más pervertida, me pase la mano por la lengua para conocer su sabor. De pronto, se levantó casi en un suspiro y fue hacia el baño, sólo pude ver el ventanal con Tartarugas de fondo, regresó casi en segundos, llevaba los labios pintados de un rojo intenso, ese tono en ella –como casi todo- le quedaba perfectamente sensual.

En ese preciso instante, ella me miró, apoyó su mano izquierda en mi pecho empujándome contra el diván. Ponía sus labios a una distancia en los que solo rozaban los míos, y con la mano aun empujándome contra el diván, tomó con su mano libre mi verga, y comenzaba a darle sutiles lamidas, pasaba su lengua delicadamente por toda mi verga como si de un helado se tratara. La sostenía con la mano, lo hacía delicadamente de nuevo, a cada lamida subía más hacia la punta, hasta ese glande mío ansioso por ella, mantenía su mano contra mi pecho y levantaba los ojos de rato en rato para mirarme, para seducirme con esos ojazos que en ese instante brillaban.

De pronto, introdujo todo mi glande en su boca y mirándome, lo llevó lo más profundo que su garganta permitía. La tibia sensación de su boca me produjo un placer intenso, no sólo llevaba toda mi verga, apretaba los carrillos contra ella, como si una ventosa erótica me aspirara. Lo hizo e inmediatamente un sutil reflejo nauseoso le vino, pero cosa curiosa, al retirar toda mi verga de su garganta gimió muy excitada, y comenzó a dar movimientos constantes en los que introducía mi verga, se atragantaba y gemía. En ese instante dejó de apoyar su mano en mi pecho, y rápidamente su mano fue hacia su clítoris que, con unos movimientos rápidos de frotamiento, simplemente hicieron que se venga, y que chorree en todo el diván.

https://youtu.be/x6fB8KMUnz0 (Bad reputation en el Iphone dock)

Estaba yo muy excitado, la empujé esta vez yo hacia el lado opuesto, le tomé ambas manos con una de las mías, y comencé a masturbar su clítoris, ella quería moverse, no le dejaba, sentía su clítoris inmenso hipersensible, estaba ella sometida a ese placer que yo le dispensaba y mi cuerpo encima del suyo promovía ese sometimiento. No fue difícil, volvía a estallar en pocos minutos, sin tiempo para un beso. Sólo a comerle el cuello a mordiscos. Abrió los ojos mientras temblaba durante éste que se volvió un orgasmo largo, convulsivo, su cuerpo no dejaba de temblar, sus manos se habían estado algo tensas, en ese momento estaban completamente laxas, decía mi nombre…”Lanatta…¿qué me haces?”.

Le solté las manos, se me abalanzó a besarme a impedirme que yo siquiera pudiera responder a sus besos, me besaba la boca, me mordía los labios, me besaba el cuello el pecho, bajó de nuevo hacia mi verga, y le escupió. No una tres veces, y montando en mí, introducía mi verga en su ano, para de inmediato tirar todo su cuerpo hacia atrás, para quedar apoyada en el otro brazo del diván. La poca lubricación hacía que el movimiento implicara para mí una sensación de mayor fricción, quizás más a sentir cómo la inicial dificultad de ingreso se iba dilatando progresivamente, mientras sus gemidos iban en aumento, mientras más dentro de su ano me albergaba. Se movía poco, casi como una delicada bailarina de ballet, yo embestía cogiéndole las caderas, subiendo mis manos sobre sus pechos, apretándolos, como queriendo exprimirlos, pinzando sus pezones, mi excitación estaba por las nubes mi ritmo cardiaco era una metralleta. El sudor de mi cuerpo y de su cuerpo nos bañaba, nos estábamos evaporando amatoriamente. Una convulsión que hizo que ella tire la cabeza atrás, que ponga los ojos en blanco y los movimientos tónico clónicos se den de forma tal que gritara -como si estuviera levantando algún peso de los míos en el gym- nos detuvo por instantes. No eyaculó ella, y claro ya tenía yo la verga casi adormecida que en el trascurso yo seguía dentro de su ano, pero durante su explosión, nunca relajó. Sólo contrajo, solo apretó.

https://youtu.be/Ge6XEOnRJqs (Boom en el IPhone dock)

Una vez que relajó, yo ya andaba con una maravillosa inflamación de la verga, soy honesto si digo que soy de durar, de hecho alguna ex mía, me dijo alguna vez que yo no estaría muy enamorado de ella, o que quizás ella no me excitaría tanto como para que yo eyaculara pronto, lo cierto es que tengo una predisposición –no sé si genética o propia, tampoco es que le hable a mi viejo y le pregunte “viejo, ¿y tú cuanto duras? –, pero lo cierto es que, soy lo que podría llamarse un demorón innato. No me vengo con tanta facilidad, y claro esta vez no sería la primera.

Se bajó de encima de mí, y me miró, sacó dos cervezas del minibar, las abrió no me decía nada, regresó a mi lado y me dijo: “¡cómo te gusta sacarme la mierda! “. Me reí, sólo quedaba tomar la birra que me resultaba lo más refrescante –aunque poco hidratante-, para el momento, hubiera preferido cualquier cosa que me devolviera sales minerales.

https://youtu.be/Gz2GVlQkn4Q (Come with me now, en el IPhone Dock)

“Como el señor no ha terminado, y a mí me gusta siempre la recompensa del trabajo bien hecho, creo que iré por algo que te debería gustar”. Y en un segundo entrando en la habitación sacó una vieja paleta de tenis de mesa. Yo tomaba a sorbos la birra, le miraba con ganas, el apoyar la lata helada contra mi verga, no sólo me bajó toda la erección, sino que me aliviaba la inflamación como cuando en el muay thai me habían dado unas buenas piñas, y me ponían el hierro para bajarme la inflamación. Pero claro había sus diferencias esto no era hierro, era aluminio, pero la gran ventaja era que estaba helado. Ella se apoyaba mirándome tomar la cerveza, con una mano jugaba con la raqueta, con otra sorbía de a pocos.

“Parece que ya no te gusto, o me he portado mal” –me dijo. Y poniéndose de espaldas se agachó apoyada sobre el brazo del diván. “¿No gustaría el señor azotarme?”. Sí que lo quería, sí que lo deseaba, ese maravilloso sonido de la raqueta contra sus nalgas antes de siquiera escucharlo, ya me tenía a mil. Mi erección se disparó, y de inmediato le arrebaté la raqueta. Me miraba extasiada desde allí adelante ofreciendo todo su culo para mí. Y fue el momento preciso para que mi mano izquierda hiciera de su cabello una sola trenza, y tirara de él llevando su cabeza hacia atrás, pero con el añadido de dar con la raqueta y mi diestra de inicio, sutiles nalgadas. Demonios ese sonido del contacto de la raqueta contra su piel me excitó demasiado y también a ella, que gemía en cada nalgada. “Eres mi chica mala”, atiné a decir y añadí “hoy voy a corregirte un poco, putita”. Y me volví el solista de ese instante, tiraba de sus cabellos nalgueaba y penetraba su vagina desde atrás, la embestía con dureza, el glúteo derecho se enrojecía con la marca precisa de la raqueta, sus gritos y gemidos eran esa sinfonía que me ponía al ritmo de un fórmula uno.

https://youtu.be/5GNDaY-unhQ (With teeth en el Xiaomi)

“¡Por eso es que no puedo dejarte nunca!”, me dijo, volteándose y empujándome contra el diván, y comenzando a cabalgar nos besábamos, nos mordíamos, sudábamos amándonos, ella se vino una vez más, pero esta vez controló esa convulsión para acelerar su cuerpo contra el mío, para volverse una máquina sexual, una verdadera atleta, comencé a morderle los pezones, y a decirle lo mucho que me excitaba, lo mucho que había necesitado el tenerla de regreso conmigo, de que viniera a mí. Y estallé, estallé a los gritos, estallé como un animal que aúlla y grita, me sentía el puto alfa, y al hacerlo estalló ella también mojándome todo hasta el ombligo. Terminamos abrazados, empapados, con los cuerpos completamente extenuados. Casi destruidos. Besándonos así de fusionados.

Nos bañamos juntos, más al salir del baño, ella se vestía casi formal. Eran las dos menos cuarto, y me pidió que la llevara al aeropuerto. “¿Qué?”. Me confesó que había venido a darme una sorpresa, había salido a las 12 de la noche de Lima hizo escala en Sao Paulo y luego aterrizó en Cabo Frío, debía estar a las 3pm pues su vuelo salía a las 3:30 a Sao Paulo, para luego tomar la conexión a Lima y estar 11:30pm. Era su regalo, ése viernes a la tarde su hijo se había ido de campamento con los boy scouts, su marido probablemente no llegaría todo el fin de semana, ella lo había calculado todo. Llegaría a Lima aun siendo sábado, dormiría después de nuestra intensa jornada, y para las 12 del mediodía iría a la misa de “las chicas del rosario” –el club de las viejas del colegio donde ella nunca encajaba, pero siempre se metía, para que 2pm se fueran todas juntas a recoger a sus hijos.

https://youtu.be/6QyVil0dwhk (Stop crying your heart out en el playlist del 319i)

Quizás, había pensado yo, que iríamos por lo menos a pasar el fin de semana juntos, como a veces lo hicimos en Lima, pero comprendía estábamos a más de cinco mil kilómetros de distancia, sin vuelos directos, sin nada que nos pudiera regalarnos un poco más de tiempo. Subimos al 319i enrumbamos a Cabo Frío, fueron los 45 minutos más callados que tuvimos, ella apoyada en mi pecho, con ese perfume de veneno de medianoche de Dior, que era su marca. La música de mi playlist nos despedía de a pocos. No quiso siquiera que entre al aeropuerto, eso no iba con nosotros, la dejé en el mismo parking. Antes nos besamos, prometiéndonos que sería yo el que iría a Lima a sorprenderla.

https://youtu.be/xM4hkV-4r_4 (Ain't no sunshine en el playlist del 319i)

Lanatta