Ah sí la guerra, vencer al enemigo, ver explosiones, ver los aviones caer, los fuertes desplomarse. Claro la guerra vista como un videojuego. También está la guerra política de los contendores que buscan hacerse del poder. Y ni qué decir de la guerra que se puede dar entre dos personas que se aman, y que en vez de hacerse el amor, se hacen la guerra.
DEFCON 3

En Bétera en la base “Jaime I” en Valencia, un miembro de los Marines nos enseñaba a armar y desarmar una Desert Eagle L5 calibre .357 Magnum en menos de 1 minuto. “Esta es la diferencia entre tu vida y la de tu enemigo nos decían”. No es una novedad tanto en Bétera como en Rota la OTAN tiene quizás las bases más importantes en toda España, y a los “privilegiados” nos tocó hacer el curso con los Marines, claro requisito indispensable hablar el inglés como nativo, y estar preparado para soportar todo el entrenamiento de los días de diablo como ellos mismos nos dijeron. Ellos no llevarían nunca una identificación, ni rango solo era “sir”.

Cuando se tiene 25 años y uno está en ese tipo de entrenamiento, uno se asume cualquier héroe de ficción. Puto Tom Clancy, todos iríamos a sobrevivir, nos rescatarían en los puntos de extracción determinados en nuestro gps y claro recibiríamos nuestras medallas. El enemigo en ese momento era un invasor musulmán, y teníamos que aprender algunas palabras en árabe básico, no sólo para saber qué decían, sino por si éramos una fuerza de extracción para poder comunicarnos con la gente de los alrededores, demostrando que nosotros éramos los buenos.

Los años pasaron señora, y lo que aprendí luego de pasar por Serbia, Croacia y Montenegro es que lo único que trae la guerra es desgracia. Sí claro, todos creemos que la guerra es un videojuego en el que tenemos municiones, perfectos ángulos de mira, apoyo aéreo inmediato, comunicaciones al 100%. Y que a la mañana siguiente amaneceremos en un campamento muy bien montado.

Lamentablemente, la guerra lo que trae es miseria, caminar con el olor de los cuerpos putrefactándose mientras los carroñeros se disputan con los perros un pedazo de carne humana para comer. Nadie mira la guerra como lo que es, no es el puto Hollywood, es oler la muerte todo el día. Es saber que te puede venir un tiro y mandarte a la otra, no es pasearte con el móvil para un selfie, es estar en una ansiedad por llegar al día siguiente entero, porque en el camino pueden llegar balas desde cualquier parte, granadas desde donde sea, o que algún ilustrado mande un misil tierra tierra, aire tierra o mar tierra y vuele toda la zona sin dejar rastro.

Sí es complicado beber tu orina, porque el agua escasea, y ese sabor entre amargo y ácido se vuelve tu amigo, al menos sabes que no morirás. No es pasearse con una M4 y la Desert Eagle con tus gafas Oakley. Sólo la M4 pesa 4 kilos, la Desert Eagle otro kilo más, las cacerinas para ambas son casi 5 kilos adicionales, oh si y por si se enteran, el chaleco antibalas nivel 4 de cerámica pesa 4 kilos más. Añádale provisiones, comunicaciones, una posible máscara por si de un ataque químico o biológico, y claro el casco y demás equipamiento. 25 kilos extras.

Y claro, se sale a enfrentar al “enemigo”, porque claro nosotros somos y seremos los buenos ¿verdad? Cuando ese supuesto enemigo no sabe bien por qué dispara al otro, en la época de mi formación era porque los terroristas musulmanes irían a destruir occidente. Sin embargo, hoy en España, Italia o Francia, vemos más mezquitas que durante la ocupación musulmana de Europa. Hoy los católicos somos la mayoría que debe callarse, que cualquier colectivo cuando ataca algo se irá contra nuestras iglesias, ah pero frente a una mezquita nunca. Y entonces, ¿nos invadieron sin que nos diéramos cuenta? ¿O fue simplemente tanta “benevolencia” de pardillos políticos?

Hoy suenan nuevamente los tambores de guerra, los “malditos rusos” quieren volver a anexarse a Ucrania, ¿pero será solo Ucrania? Informes de inteligencia por parte de Suecia y Finlandia indican extraños vuelos de drones cerca de instalaciones estratégicas. ¿Dejó de ser Polonia interesante para Rusia? No lo creo. ¿Será la OTAN la que responda? ¿Comprometeremos los españoles nuevamente nuestras fuerzas para defender la libertad, o lo que nos ordenen? Ojo que ya de por sí el gas está por las nubes, que la electricidad es casi como comer caviar de esturión, tenemos el IPC estratosférico. Una guerra haría que de por sí nuestro potencial turístico desaparezca, que nuestra industria se desplome, que el Euro -y la UE se destruyan.

No es pensar en buenos o malos. La guerra no trae, ventajas, sólo trae miseria, dolor y demasiado daño. La guerra informativa jugará otro valor, veremos cómo se van comprando los medios, ¿quién paga más? Recordemos que una estrategia de propaganda en un tema bélico es fundamental. Y que hoy por hoy, la prensa, es como el calendario Pirelli. Añadido a ello está la maravillosa guerra del ciberespacio, os habéis dado cuenta que se vienen hackeando sitios web desde operadoras móviles hasta bancos y gobiernos, y claro todos dicen que es de origen ruso. ¿Por qué será?

Rusia tiene a Europa tomada de los huevos, sin su gas, nos detenemos. Y querer una guerra luego de una pandemia, sería para España un suicidio geopolítico y económico. Lamentablemente Rusia es en este momento el dueño del tablero, de las fichas y hasta de la mesa, y quiere que juegues, te muestra los dientes y tiene por rehenes a tu familia. ¿Vas a jugar? No hay lógica de guerra alguna, ya el virus nos dejó en un estado de sobrevivencia en el que más muertos para Europa sería abrir la puerta a que musulmanes tomen nuevamente el territorio. Y no sería raro en el equilibrio militar de hoy, Irán, China y Rusia siguen siendo aliados. No movamos ficha, ya la guerra terminó sin haber comenzado, no matemos españoles sabiendo que los gobernantes de turno ya regalaron el país hacía mucho tiempo. ¿Os diste cuenta por qué tanto socialismo, comunismo y ello? Esta vez tocó perder.

Lanatta.